Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

jueves, 20 de febrero de 2014

Nunca estás




Nunca estás. Tan sólo dos palabras con un eco infinito. Nunca estás. Dos palabras tan sólo, ¿cómo podían ser tan dolorosas? Se convertía en mil mujeres cada día para que todo fuera bien. Y todo iba bien, todo lo bien que podía ir una vida en la que los adultos pasan nueve horas diarias fuera de casa. Nunca estás. ¿Cómo explicarle a un niño lo que no quiere entender? Trabajar, trabajar, trabajar… eso era la vida. Un camino de dificultades en el que las mujeres debían correr más rápido que los hombres para llegar al mismo sitio, aunque llegaran a la meta agotadas, destrozadas, sin sentirse valoradas y con esa letanía constante dentro de su cabeza. Nunca estás. Nunca estás. 

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