El despertador suena cual hermosa melodía. Una nueva y esperanzadora vida se muestra ante mí. ¡Por fin llegó el gran día! Tras más de diez años aguantando sus amenazas, insultos y palizas, hoy empiezo a trabajar lejos de su aliento a whisky barato y de su maldito cinturón de cuero. Afronto esta nueva etapa sola, pero con gran ilusión, con ganas de olvidarle a pesar de las cicatrices de mi consumido rostro y de mi maltrecho corazón. Aún así me asaltan las dudas. Los nervios me atacan. El miedo me invade. He dependido tanto de él que no sé si podré hacerlo. Antes yo era una mujer fuerte, luchadora. ¡No soy ninguna inútil! ¿Me oyes? Lo conseguiré
RAYITO
RAYITO
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