Me levanto por la mañana, temprano. Con mis cabellos lleno de sueños
de la noche anterior, me preparó el desayuno y me dirijo a dar un
paseo con el sol y el olor a tostadas. Saludo a la gente de mi barrio,
amanezco llena de vida,de energía y unas ganas inconmensurables por
ser agradecida. Me desvisto de primavera y me pongo mi traje de
trabajo. Uso chaqueta y me retiro el pelo. Soy resolutiva, amable,
ejerzo mi trabajo con discreción y buen gusto, como mi vida. En ambos
casos, puede que reciba un insulto. El por qué? No hay por qués, al
menos comprensible. Pero jamás me callo.
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